El resultado de la doctrina Monroe :“logró detener con ello una doble amenaza: la de los rusos, que trataban de extenderse por la costa del Pacífico y excluir todos los navíos extranjeros al norte del paralelo 51, y la de las potencias de la Santa Alianza deseosas o susceptibles de inclinarse a socorrer a España en sus posesiones americanas… La verdadera historia de la doctrina de Monroe comienza a fines del siglo XIX cuando se transformó en ofensiva y sirvió para justificar las anexiones americanas: la prohibición de las intervenciones europeas convirtieses en justificación de las intervenciones norteamericanas”. (La América Anglosajona, de 1815 hasta nuestros días. C. Fohlen).A finales del siglo XIX se completa la configuración continental del país y conlleva al final definitivo de la “frontera”. A partir de ese momento comienza la expansión fuera de la propia Norteamérica, se abandona el aislacionismo en política internacional, se formula un imperialismo propio. El teórico de la expansión norteamericana fue el Almirante Alfred Mahan. Sus ideas se basaban en la superioridad del orden marítimo sobre el continental. Al agotarse el crecimiento nacional basado en la frontera móvil se había agotado, es necesario pues extenderse intencionalmente adquiriendo colonias lo que sólo se podría lograr con una marina de guerra poderosa. Sus ideas se basan en cuatro puntos básicos:
1) Formación de una gran escuadra naval.
Esta política está representada por los presidentes republicanos W. Mac Kinley (1897-1901) y T. Roosevelt , estos dan una nueva interpretación y aplicación a la Doctrina Monroe.
Por medio de la diplomacia del dólar los capitales norteamericanos demandaban concesiones de trabajos públicos, explotaciones mineras o controlaban comercial y políticamente a aquellos países latinoamericanos que recurrían a sus préstamos.Bibliografía: Introducción a la Historia Contemporánea 1770-1918 la era de las revoluciones. José U. Martínez Carreras.Trabajos prácticos de historia 3° año Europa y Estados Unidos (1815-1914) O. Nuñez, M. Amejeiras, C. Siniscalco.
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