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jueves, 18 de junio de 2009

3°Año La doctrina social de la Iglesia Católica

LA IGLESIA Y EL PROBLEMA OBRERO
Las transformaciones económicas y sociales del siglo XIX afectaron a la Iglesia Católica. Perdió influencia como institución. Por un lado hay un movimiento de secularización por parte del estado que asume roles que tradicionalmente correspondían a la Iglesia como la enseñanza, la salud y los registros de estado civil.
Decae el predominio religioso entre los sectores sociales urbanos, los proletarios porque la iglesia no solucionaba sus problemas, el espíritu de indiferencia hacia la religión los fue ganando.
Algo similar ocurre en las clases burguesas donde le afán de lucro y la búsqueda de confort sustituyeron las preocupaciones religiosas, además el liberalismo separo a los burgueses de la Iglesia.
Son las nuevas doctrinas político-sociales las que enfrentan con más violencia a la iglesia. El liberalismo choca con la Iglesia que se había identificado con el Antiguo Régimen y la Restauración, cuando el liberalismo llega al poder en la segunda mitad del siglo XIX buscó desplazarla. Especialmente en el campo de la enseñanza. Además el Estado se secularizaba, admitiendo la liberta de cultos, eliminando la enseñanza religiosa, imponiendo el matrimonio civil obligatorio y separando finalmente a la Iglesia del Estado.
El nacionalismo también se enfrentó a la Iglesia sobre todo en Italia, porque la unidad de Italia significaba la desaparición de los Estados de la Iglesia, además se desconfiaba de una institución que era internacional (el universalismo cristiano se oponía al ideal de Nación y de cultura nacional).
Los socialistas en todas sus ramas combatían a la Iglesia pues la identificaban con la organización política-social que atacaban y procuraban sustituir.
La ciencia representaba una amenaza porque el siglo XIX es devoto de la razón y del progreso, los avances científicos relegaban a segundo plano el papel de lo sobrenatural y de lo divino. El cambio, el avance permanente de la ciencia y de la sociedad quitaban fuerza a la idea de lo absoluto y lo eterno. La idea evolucionista de Darwin tenía gran arraigo entre los intelectuales, la idea de Dios era cuestionada y la irreligiosidad se hizo común.
La misma Revolución Industrial hacían creer que el hombre y su razón podían generar un progreso ilimitado, la fe en Dios es sustituida por la fe en el hombre y sus posibilidades difundidas estas ideas por las numerosas escuelas laicas .
Frente a estos desafíos la Iglesia Católica se debate entre dos posturas por un lado los que rechazan las nuevas ideas y eran partidarios de seguir el dogma y las tradiciones, por otro lado los partidarios de conciliar con el mundo moderno y cristianizarlo. La corriente predominante dependió de la personalidad del Papa que rigiera los destinos de la Iglesia. Los más importantes del siglo XIX fueron Pío IX (1846-1878) y León XIII (1878-1903).
Pío IX fue la posición de rechazó del mundo moderno y cuando se produjo la unificación italiana al desaparecer los Estados de la Iglesia, el Papa se consideró moralmente “prisionero” del Estado italiano. Reunió el Concilio Vaticano donde se proclamó la infalibilidad papal, en los referente a la fe y la moral ( en esos temas el Papa no podía equivocarse, era infalible). Los creyentes y las autoridades eclesiásticas de todo el mundo debían obedecerlo. Con estas medidas el Papa buscó compensar la pérdida de poder temporal aumentando su autoridad espiritual y su papel en la conducción de la Iglesia. Se opuso a las nuevas ideas con la Encíclica “Quanta Cura” (1864) en ella condena al Estado Laico, a la libertad de cultos, la libertad de conciencia, afirmó la independencia de la Iglesia frente a el poder civil, así como su derecho a educar a la juventud.
En el “Syllabus” o “catálogo de los principales errores de nuestro tiempo” se condena la libertad de cultos, la legitimidad de otras religiones, la laicidad de la enseñanza, el matrimonio civil, la separación de la Iglesia con el Estado y finalmente ataca no sólo a los liberales laicos sino también a los integrantes de la Iglesia que querían reconciliarse con el mundo moderno. Estos documentos agravaron la tensión entre la Iglesia y los intelectuales así como deterioraron aún más las relaciones con Estados como Alemania, Francia e Italia.
Su sucesor León XIII heredó esos problemas pero contó con una Iglesia bien centralizada en torno a la autoridad papal . El camino tomado por León XIII no es el de aislarse del mundo así que adoptó una política conciliatoria entre el mundo moderno y la Iglesia. Comenzó dejando de condenar a la República, sólo a los elementos anticatólicos que pudiera contener. Exhortó a los católicos a respetar a los poderes públicos y buscaba las condiciones más favorables que posibilitaran el desarrollo de la Iglesia.
Preocupado con el conflicto entre la ciencia y la fe, impulso un renacimiento del tomismo, la filosofía de Santo Tomás de Aquino, quien a fines de la Edad Media había intentado solucionar una oposición similar. Alentó el trabajo de los científicos católicos, renovó la enseñanza en los seminarios. La faceta más importante de su obra la desarrolló en su Encíclica “Rerum Novarum” (1891) relacionada con el problema social del la época: la situación de la clase obrera y se lo considera el “fundador del catolicismo social”.
La Encíclica“Rerum Novarum” (De las cosa nuevas) comenzaba por señalar los males de la sociedad de la época. En ella se criticaba severamente a los empresarios capitalistas por la explotación inhumana que se habían hecho objeto a los obreros en su afán de conseguir riquezas. El Papa proclama el derecho de los obreros a una justa retribución por su trabajo así como otro tipo de compensaciones tanto materiales como espirituales.
Frente a los problemas sociales hay soluciones socialistas y soluciones cristianas critica la socialismo. La lucha de clases donde se da “el odio celoso de los pobres contra los ricos” es contraria a las reglas del amor y la caridad cristiana.
Es contrario a la supresión de la propiedad privada porque los obreros no podrían disponer de su salario libremente ni de acrecentar su patrimonio y de mejorar. Además la propiedad privada es un derecho natural , es una creación de Dios.
Por lo tanto recomienda la reconciliación de las clases sociales cumpliendo sus deberes recíprocos. Los obreros cumplir fielmente el contrato de trabajo respetando la persona y los bienes del patrono, repudiando las violencias y sediciones. Los patronos no deben tratar a los obreros como esclavos, no imponer a los obreros un trabajo por encima de sus fuerzas , de su edad o de su sexo. Pagar el salario que conviene y prohibir religiosamente cualquier acto violento y todo fraude que lesione el ahorro del pobre.
Pese a que acepta y justifica la propiedad privada se debe volcar lo superfluo en beneficio de los pobres, o sea la propiedad privada tiene una función social.
El remedio esencial es restaurar la fe religiosa y cada hombre cumpliría sus obligaciones sin sobrepasar sus derechos. O sea el Papa hace un llamado a la buena voluntad de los cristianos par cumplir los preceptos de la Iglesia.
Pero no obliga a cumplirlos es un tema de conciencia .
Sin embargo logró reformas sociales en los países capitalistas y en el liberalismo que tendió a revalorizar los derechos humanos. Se desarrolló el sindicalismo cristiano entre los liberales católicos. La dirección marcada por la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII será continuada por los Pontífices del siglo XX
Bibliografía: Ideologías Político-Sociales del siglo XIX Europeo B. Nahum

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