El hoy cuestionado líder y guía de la Revolución Muammar al-Gaddafi en sus años mozos llegó al club de “Ambassadeurs”, frecuentado como restaurante famoso y también en el piso superior, como sala de juego de categoría internacional.
Después de comer dos árabes, que disfrutaban de una de las raras noches de permiso durante su estancia en los mejores campos de instrucción del ejército británico, subieron al primer piso para observar el espectáculo.
El más joven, extraño y robusto, se acercó a una de las mesas de juego y, señalando a uno de los jugadores preguntó ¿Quién es? Y ¿con quien juega?
El hombre al que se había reconocido jugaba fuertes cantidades ; hasta el punto de perder en una hora casi medio millón de dólares ; era el consejero personal del rey Idriss (rey de Libia).
El soldado se quedó helado …Su camarada quiso arrancarlo de allí …Pero él se negó, diciendo en solo en voz baja: “Deja que siga observando. ¡Mira lo que hacen con todo el oro que nos roban!”
… en aquel momento, el capitán Gaddafi sintió sobre su hombre la mano del destino, aquella noche tomó la decisión de obedecer, sin vacilaciones ni matices, lo que le inspiraría el profeta Mahoma”.
El rey de Libia Muhammad Idris al-Sanusi |
El coronel Muammar al-Gaddafi |
Bibliografía: “El desafío mundial”. Jean- Jacques Servan Schreiber. Barcelona, Plaza & Janés, 1980
No hay comentarios:
Publicar un comentario